Japón. Esta pequeña hembra de más de tres metros de longitud ha viajado a Japón para ser expuesta ante el público hasta septiembre.
En un principio se pensó que Yuka tenía tres años al morir y que
sus restos databan de hace 10.000 años. Corregidos los tiempos con
nuevos estudios, se pudo establecer, además, que Yuka murió tras ser
perseguida por leones y romperse una pata trasera.
Inmovilizada, fue atacada por humanos primitivos que le sacaron la
carne y buena parte de su esqueleto. Los científicos consideran que
fueron los mismos cazadores quienes enterraron los restos para usarlos
más tarde, lo que explicaría su excelente estado de conservación.
Yuka conserva parte del pelaje pelirrojo que la protegía del frío, la trompa casi entera y la superficie rugosa de las patas.
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